viernes, 16 de octubre de 2009

Un Gladiador que nos hundió un poco más

Su nombre ya se pedía cuando recién se llegaba a la media hora de iniciado el juego. Perú soportaba un vendaval de ataques por parte de Argentina y el gol parecía llegar. Primero fue Higuaín quien se la devoró dentro del arco. Más tarde Messi remataría como normalmente lo hace en el barza pero no entraría. Higuaín aparecería nuevamente pero Butrón sacó un pie milagroso. Estos ataques no pararían pero ninguno pudo convertirse en el gol que nos flagele otra vez. La gente volvería a corear su nombre pero Maradona creía que aún no llegaba el momento.

Un tiro directo al palo de nuestro mejor jugador, Juan vargas, nos haría pensar que a esta Argentina si se le puede hacer daño. Pero el ´Gladiador´ ya se encontraba en la cancha con ganas de hacer historia. Perú mostraba que quería cambiar la imagen del primer tiempo sin embargo aparecería Higuaín tras un gran pase para mandarla al fondo. La falta de marca se hizo presente otra vez. A partir de esto para sorpresa de todos Perú contaría con claras ocasiones de gol pero al parecer Fano no quiso ser el que escriba la historia ante Argentina otra vez como en la ida.

Comenzaba a llover y todo hacía indicar que nos hundiríamos otra vez. Seguíamos manejando el balón pero no concretábamos oportunidad alguna. Faltando un minuto para completar los noventa, con una imagen que se veía empapada a través de la TV y los pulsaciones a mil, Reingifo logró anotar el empate de cabeza. Argentina se quedaría sin mundial era nuestro mas satisfactorio pensamiento después de tanta desgracia. Nuestro objetivo de ser aguafiestas se estaba cumpliendo y ese sería nuestro más rico consuelo. Pero lamentablemente hacía un rato estaba el ´Gladiador´, Martín Palermo, en la cancha con muchas ganas de borrar el pasado que tuvo con la albiceleste y con el deber de suprimir esos tres penales fallados tiempo atrás de la mente de los argentinos futboleros.

Una pelotera en el área dejaría al ´Gladiador´ (en clara posición adelantada) sólo en el área para únicamente empujarla y desatar la locura. Nuestras ilusiones se desplomaban una vez más, no seríamos ningunos aguafiestas y Palermo nos haría tragar lo último de agua que nos faltaba para hundirnos. La gloria caería sobre sus hombros después de haber matado al adversario y el coliseo aplaudiría. Argentina aún sigue vivo para la cita en Sudáfrica.

No nos queda mas esperar a la siguiente eliminatoria, como siempre. Nos falta mucho por cambiar. Ellos llegaron una vez más y nosotros no llegamos otra vez. No se trata de cambiar al técnico, el problema hace rato es de fondo. Pareciera que en el Perú la palabra proyecto es una palabra ficticia. Y es que realmente cuesta llegar al mundial y por lo visto a veces no alcanza ni con la ayuda divina.